Gracias a este
módulo he podido comprobar la importancia de la enseñanza explícita. No es suficiente con mantener el enfoque en la
comunicación y los alumnos por sí solos no son capaces de inferir el funcionamiento
de ciertas estructuras. Para aprender algo es necesario haberlo apercibido antes, por ello debemos
proporcionarles actividades donde las estructuras con las que queremos trabajar
sean algo esencial para completar una tarea comunicativa. Y esto supone una
forma de integrar la gramática a nuestras clases de manera inductiva,
haciendo que el estudiante infiera las reglas gramaticales. Aunque, como todo,
solo es aplicable en aquellas situaciones que podamos ver que funciona y no con
todas las estructuras. Aquí se destaca el papel
funcional de la gramática: no podemos esperar que nuestros estudiantes
hablen perfectamente, sino que tenemos que priorizar aquellos aspectos
frecuentes y necesarios que no podrían serles accesibles sin la ayuda del
profesor.
Esto está directamente relacionado con la corrección de errores. No podemos pretender que un estudiante comprenda, recuerde y produzca una regla nada más explicársela; asimismo, antes de corregir un fallo debemos asegurarnos de que el alumno sabe cómo funciona aquello que hemos corregido. Si no ha entendido bien la regla, tendrá fallos y si solo nos dedicamos a corregirlos esto le causará estrés, frustración e inhibición, impidiendo que se comunique. Por lo tanto, deberemos centrarnos en corregir aquellos errores más perjudiciales para la comunicación y los que tengan mayor probabilidad de fosilizarse.
Me ha gustado la comparación que se hace entre el estudiante-atleta y el profesor-entrenador, ya que nuestra labor no puede consistir en explicar una cosa y desentendernos, debemos estar ahí guiando el proceso y recordando al alumno qué regla tiene que aplicar sin interrumpirlo para dar explicaciones que puedan llegar a confundirlo.
Esto está directamente relacionado con la corrección de errores. No podemos pretender que un estudiante comprenda, recuerde y produzca una regla nada más explicársela; asimismo, antes de corregir un fallo debemos asegurarnos de que el alumno sabe cómo funciona aquello que hemos corregido. Si no ha entendido bien la regla, tendrá fallos y si solo nos dedicamos a corregirlos esto le causará estrés, frustración e inhibición, impidiendo que se comunique. Por lo tanto, deberemos centrarnos en corregir aquellos errores más perjudiciales para la comunicación y los que tengan mayor probabilidad de fosilizarse.
Me ha gustado la comparación que se hace entre el estudiante-atleta y el profesor-entrenador, ya que nuestra labor no puede consistir en explicar una cosa y desentendernos, debemos estar ahí guiando el proceso y recordando al alumno qué regla tiene que aplicar sin interrumpirlo para dar explicaciones que puedan llegar a confundirlo.
Fuente de la imagen: http://significado.net/gramatica/
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