Este módulo me ha recordado que hablar de cultura es hablar de un sistema complejo y también que el interés por la dimensión cultural es algo que viene de antiguo. Pero en la actualidad, y gracias a la aparición de modelos de enseñanza que consideran el aprendizaje de la lengua como instrumento social de comunicación, no solo basta que los hablantes compartan el mismo código lingüístico ni es suficiente aprender las reglas gramaticales, sino que el contexto juega un papel fundamental y los hábitos sociales y normas de conducta se consideran indispensables para la eficacia de los actos comunicativos y para evitar malentendidos.
He aprendido que los profesores debemos
reflexionar sobre los comportamientos susceptibles de ser llevados al aula y de
los que no nos damos cuenta por ser rutinarios, pero que para un no nativo pueden
resultar diferentes. Así pues, debemos trabajar con nuestros alumnos el
conocimiento de las normas culturales
y los valores o patrones culturales
pertenecientes a la sociedad de la lengua que estudian. Pero al mismo tiempo,
no debemos olvidar que los estudiantes vienen a nuestras clases con su propio bagaje
cultural por lo que, para evitar
prejuicios y estereotipos, tendremos que eludir el etnocentrismo y demostrar
que las pautas de cada cultura no son universales. En vez de buscar las
diferencias, será más productivo buscar las similitudes entre las distintas culturas,
y una buena forma de hacerlo es por medio de actividades que generen debate
pero siempre bajo el respeto y la aceptación del otro.
Precisamente lo que enfoque intercultural busca es que la
diversidad deje de ser un obstáculo para la comunicación; debemos procurar que
los alumnos sean capaces de mirar su cultura de forma objetiva, sin perder su
identidad, y que puedan relativizarla desde la comprensión y la tolerancia
hacia otras culturas.
Fuente de la imagen: http://sexualidadydiversidadcultural.blogspot.com.tr/
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